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¿La Industria 4.0 está lista? No se olvide de los subflujos manuales

Publicado 7/11/2024

Llevamos ya bastante tiempo con la Industria 4.0 en mente aunque en cuanto a su aplicación real todavía queda camino por recorrer. Al visitar o hablar con clientes tengo la sensación de que muchos de ellos todavía carecen de la base para empezar incluso a hablar de la Industria 4.0. ¿Cuál es el problema? Que se descuidan los subflujos manuales de los procesos.

En una planta de productos nutracéuticos, Anna es la encargada del flujo de materiales en la zona del procesado A. Empieza su turno entrando a la sala de materiales para recoger un cubo etiquetado como “Prensa de comprimidos A”. Va andando hasta la fábrica y sube por unas escaleras unos dos metros desde donde puede verter el polvo a la tolva de la prensa de comprimidos que, por lo demás, está totalmente automatizada. Abre la tapa y vacía el cubo. El polvo la hace estornudar. Baja estornudando por las escaleras, resbala y casi se cae al suelo. Al llegar al final de las escaleras, pulsa el botón de arranque del equipo. Una vez finalizado el proceso de prensado, los comprimidos blancos salen de la máquina hacia un contenedor situado en el suelo. Anna se encarga de sellar el contenedor y de trasladarlo al siguiente paso del proceso: una línea de envasado totalmente automatizada.

Anna es una persona ficticia pero su caso parece ser muy común en ciertos sectores. En Piab ayudamos a diario a nuestros clientes a convertir los subflujos manuales en automáticos usando tecnología de transporte por vacío. Siguiendo con el ejemplo de Anna, tanto el flujo de entrada (el polvo) como el de salida (los comprimidos terminados) podrían automatizarse mediante un sistema de transporte por vacío. El sistema podría ser semiautomático, la solución convencional, o totalmente automático (controlado mediante aprendizaje automático), donde la intervención humana es mínima gracias a que el propio sistema puede adaptarse a la humedad o a la densidad del material, por ejemplo. Al pasar de un flujo manual a otro automatizado, se están estableciendo los requisitos previos para la generación de datos y la vinculación de todo el sistema, sin dejar “cajas negras” de trabajo manual en el camino. En el caso de Anna, además, estaría menos expuesta al polvo, aumentando la seguridad y reduciendo los riesgos ergonómicos asociados a la manipulación manual del material. El resultado es un aumento de la productividad y una mejora del entorno de trabajo.

En pocos años veremos como los subflujos manuales evolucionan hacia la automatización ya que estos últimos ofrecen grandes ventajas como la generación de datos y el hecho de poderlos enlazar para formar una sola unidad, centrándose en una optimización global de todo el proceso productivo en lugar de en cada una de sus partes independientemente. Los esfuerzos se centrarán en actualizar los flujos semiautomáticos para convertirlos en soluciones totalmente automatizadas basadas en minimizar la intervención humana. Hasta entonces no podremos hablar realmente de Industria 4.0 y de su potencial en las industrias de procesamiento. Se trata de entender e invertir en el eslabón más débil, porque eso es lo que impide que su empresa alcance todo el potencial de la Industria 4.0.


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